lunes, 5 de noviembre de 2007

El ciempiés

Yo mismo los vi morir
como muere el ciempiés
sobre sus piernas

flexionando las rodillas
unas tras otras

Pero no les pude decir
que se fueran
porque eran omnipresentes

no les pude decir que
se callaran porque
eran omniparlantes

ER

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con miedo cada vez que comento un poema, no vaya a ser que diga una tontería, éste me dejó imaginarme a un grupo de soldados o políticos o gente aleccionada para no salir fuera del lugar establecido. Tantos pies para no ir a ningún sitio. Pies como manos.
Bueno, me gustó más el anterior, seguramente porque era más visual.

Eduardo Rezzano dijo...

No me había imaginado una cosa así, pero muy bienvenido tu comentario.