miércoles, 21 de mayo de 2008

40 y 117

Para habitar una ciudad a veces hace falta encontrar otra ciudad en ella, una ciudad clandestina; no la ciudad de todos porque todos termina no siendo nadie. En La Plata, este proceso últimamente se me ha hecho harto difícil, pero ocurrió este domingo, en coincidencia con mi cumpleaños, que fuimos a cenar con Caro a La Bicicletería y descubrimos uno de esos lugares en los que la línea de la vida se traza a pulso con una vara sobre la arena, como lo haría un escarabajo en el desierto con sus patitas.

ER

miércoles, 14 de mayo de 2008

Clases de tango

Lesson 1

Lesson 2

Lesson 3

Nouadhibou

Lanzarote se viste
de fiesta para sacrificar
a su penúltima doncella
la hija del gobernador

No tan lejos
en la costa mauritana
la oscuridad brota de
cada chabola dormida

ER