martes, 13 de noviembre de 2012

Medias palabras


Llamaron a la puerta, abrí y había un perro que me preguntaba qué clase de infortunio le estaba predestinado. Le contesté con medias palabras y aseguré el postigo, que se golpeaba con el viento. Le conté que más temprano había visto una jauría luchando contra la nieve; eran cinco o seis y se apretaban entre sí formando un bloque.
A medianoche volvieron a llamar. Había un oso lastimado, plumas de ocho palomas y un fuerte olor a jabalí que presagiaba la llegada de los pumas. Me acosté y encendí la radio; los oyentes pedían canciones que el tiempo había vuelto irrecuperables.

ER

4 comentarios:

red dijo...

È una delizia per la mente, per l'immaginazione, oltre che un colto esercizio del piacere di leggere, scorrere i tuoi piccoli racconti: sulla struttura perfetta di ognuno, architettonica, solida, si avviluppano i rami ordinati e ben fissati del Pensiero; percorrendoli uno ad uno germogliano in intuizioni, aprono abissi, mostrano vette, poi riaccompagnano l'anima alla sua sede, piena della nostalgia del viaggio.

Grazie.

Eduardo Rezzano dijo...

Te agradezco mucho tus exquisitas palabras. Un abrazo.

Amparo dijo...

Fantástica noche afuera; nostalgia dentro. Qué suerte tener postigos para ese límite.
Saludos!!

Eduardo Rezzano dijo...

Saludos, Amparo. Que tengas un feliz fin de año.