domingo, 15 de mayo de 2011

Música

A través de la ventana
se oía cantar un pájaro
lo curioso era que lo hacía
en re menor y su melodía

era aquella que
como una condena
nos acompañaba desde
que el tiempo era tiempo

Cuando salí con la escopeta
se había ido y con él
la tormenta que amenazaba
con anegar los sembradíos

con él
el vivo recuerdo de una niñez
que no nos convoca
el paso liviano casi etéreo
de las hadas
la música inacabada
de los días en blanco

ER

4 comentarios:

Amparo dijo...

Si era también el sonido de la infancia, ¿Por qué sales con la escopeta?
Los pájaros tienen esa falta de oportunidad para el recuerdo.
La misma sombra en este poema que en tantos tuyos. Me gusta.
Saludos!!

(precioso perro el de la foto anterior)

Eduardo Rezzano dijo...

Gracias, amiga. Saludos.

Paloma Amaya dijo...

la música y las risas inacabadas de los recuerdos de infancia, son ecos, no los extingas con el sordo ruido de la escopeta.
Que de esos ecos se vale la cordura!

saludos!

Eduardo Rezzano dijo...

Saludos, Paloma.