domingo, 11 de abril de 2010

Plegaria de encargo, de Pier Paolo Pasolini

Te escribe un hijo que cursa
la milésima clase de la Primaria.
Querido Dios,
vino un tal Señor Homais a vernos
diciendo ser Tú:
le creímos:
pero entre nosotros había un infeliz
que no hacía más que masturbarse
de noche y de día, exhibiéndose
ante muchachos y niños; pues bien...
El Señor Homais, querido Dios, se te parecía punto por punto:
llevaba un hermoso traje de lana oscura, con chaleco,
con camisa de seda y una corbata azul;
venía de Lyon o de Colonia, no lo recuerdo bien.
Y nos hablaba siempre del mañana.
Pero con nosotros estaba aquel tonto que decía que, por el contrario,

te llamabas Axel...
Todo esto en el Tiempo de los Tiempos.
Querido Dios,
líbranos del pensamiento del mañana.

Del mañana Tú nos hablaste por boca del Señor Homais.
Pero ahora nosotros queremos vivir como el tonto degenerado
que seguía a su Axel
que también era el Diablo: era demasiado bello para ser solamente Tú.
Vivía de rentas pero no era previsor.
Era pobre pero no era ahorrador.

Era puro como un ángel pero no era un niño bien.
Era infeliz y explotado pero no tenía esperanza.
Querido Dios,
la idea del poder no existiría sin la idea del mañana;
y no sólo, sin el mañana la conciencia no tendría justificaciones.
Querido Dios,
haznos vivir como
las aves del cielo y los lirios del campo.

(Poema extraído de Transhumanar y organizar, de Pier Paolo Pasolini, traducido por Ángel Sánchez-Gijón y publicado en 1981 por Visor de Poesía.)

5 comentarios:

Miguel Angel Gara dijo...

Excelente poema Eduardo. Un abrazo

carolina dijo...

Lindo Edu, recién me detengo a leerlo después de todos estos días de acelere, la letra chiquita me da pereza para la lectura, pero con anteojos y pocas ganas de trabajar lo disfruté a pura sonrisa. abrazo

Eduardo Rezzano dijo...

Sí, Miguel, Pasolini fue un poeta brillante.
Caro: la letra un poco más chica fue porque los versos más largos no entraban y quedaban partidos. Qué bueno que lo hayas disfrutado.

Amparo dijo...

Muy apropiado en los tiempos que corren.
Saludos

Eduardo Rezzano dijo...

Muy apropiado en los tiempos de los tiempos.