lunes, 15 de junio de 2009

Cochinita Pibil

Me pusieron a moler maíz y soltaron unas cuantas gallinas a mi alrededor para dificuktarme la tarea; Cochinita Pibil, que me observaba desde el chiquero, se reía llevándose las manos a la boca y daba pataditas a un madero que llevaba grabado su nombre. Las horas pasaban y me sentía afiebrado; cuanto más cansadas tenía las rodillas, más infructuosos resultaban mis manotazos al aire: a cada manotazo, un picotazo.
Se hizo de noche y quise irme, y fue en ese momento cuando descubrí que no estaba allí por mi propia voluntad. Cochinita Pibil tampoco era libre de marcharse; pero, a la vez que acomodaba cajas con una lentitud exasperante, parecía disfrutar con el triste espectáculo que a disgusto me tocaba ofrecer.
No hacía frío y me eché a dormir en un rincón; a la mañana terminaría con el maíz. La expectativa de un trabajo bien hecho me permitió descansar sin culpas y soñé que iba en un barco por el Pacífico; mi camarote estaba infestado de cucarachas que caminaban presas de una gran excitación, quizás por los nervios de saberse en alta mar, quizás por desconocer mi incapacidad de hacerles daño.

ER

8 comentarios:

Carolina dijo...

Qué linda la cochinita pibil, me da un poco de tristeza porque disfruto mucho al comerla.
Se extrañan las cucarachas. Pucha que estoy nostálgica!.
Abrazo

Carolina dijo...

Hoy Mariana me contaba que cuando era niña y vivía en el campo tenía un chancho que se llamaba Pepe, jugaba con él, era su mascota y la seguía para todos lados. Un día lo subió a una camioneta para ir al matadero y Pepe la alimentó todo el invierno. La naturaleza es pródiga, encima nos ofrece amistad, increíble este mundo, hermoso y generoso planeta, me agarró la verborragia. Brindo por Pepe.

Eduardo Rezzano dijo...

Sí, Carolina; la naturaleza es pródiga y también prodigiosa, si vale el adjetivo. Saludos y buen provecho.

Carolina dijo...

Saludos para ti, también brindo por Perla y su generosidad.

M. dijo...

Que bien que entiendan a Cochinita Pibil, me gusta la idea de comer y entender que la proximidad de los animales cuando los humanizamos parecieran que no podemos comerlos... ¿cuando algunos hombres no se comen a otros? quizas no literal (aunque hay culturas que si), pero se los comen por un mejor puesto, un mejor auto, un mejor... etc.

El caso de Pepe fue distinto, fue sincera nuestra relacion, fue destinado a eso, jajaja... en fin yo tambien brindo, por los chanchos!... y por la generosidad de Perla (y al vuestra)

pd. ojala que la gente no se coma mas...

M.

Eduardo Rezzano dijo...

Hola Mariana, qué alegría verte por aquí. Te mando un abrazo.

M. dijo...

Si Edu, estoy muy contenta leyendo tu blog... asi que bien de alguna forma se en que vas, aun que no sea la literalidad de la vida cotidiana, jejeje... pero bien.

Un abrazo, saludos caro y tb a tus dos perros que no me se sus nombres (lo siento se me olvidaron).

M.

Eduardo Rezzano dijo...

Los perros son Pedro y Tonka. Un abrazo.