jueves, 8 de enero de 2009

Don Luis

Empecé a tocar el cajón con un acordeonista ciego en el metro de Madrid. Me dijo: “No te puedo dar la mitad, pero te ofrezco casa y comida”, y me llevó a vivir a una chabola polvorienta y sin servicios ubicada en las afueras del DF. Le pregunté si había trabajado en Los olvidados, de Buñuel, y me contestó: “La verdad que no me acuerdo, pero podría ser que sí o que no, indistintamente”.

ER

2 comentarios:

Amparo dijo...

Seguro que es uno de ellos.
¿Qué tal la nevada?

saludos

Eduardo Rezzano dijo...

La nevada estuvo increíble.