viernes, 17 de octubre de 2008

El viaje de los comediantes


Antes de ayer fuimos a ver El viaje de los comediantes, de Theo Angelopoulos, a quien le han dedicado en el CBA la programación de octubre. Vimos la película, una verdadera maravilla de casi cuatro horas, y luego nos quedamos al coloquio al que fue invitado el realizador. Su interlocutor, Pere Alberó, se refirió a un cine poético, oponiéndolo a otro cine más narrativo; a un cine de tiempos largos contra la vertiginosidad que se ha hecho tanto más habitual; a una estética desarrollada sin fisuras durante cuarenta años, cuyos postulados se han ido reafirmando película tras película. Y el maestro Angelopoulos contestaba, con paciencia y dulzura de abuelo, que no puede dejar de hacer lo que hace y de la manera en que lo hace; que ante el planteo de vivir o escribir, él siempre ha elegido escribir, y que finalmente su cine se ha convertido en su vida.
Los grandes artistas terminan diciéndolo con sencillez. Nosotros, agradecidos.

ER

7 comentarios:

m.a. dijo...

sin ánimos de pugilismo, planteo breve disidencia en relación a las dicotomías planteadas. pareciera ser que el cine es reductible a ese tipo de oposiciones, y no acuerdo. no son nuevos esos planteos, pero parecen más propios de quien vuelca hacia el otro lado. pensar que lo poético se opone a lo narrativo es pensar a la narración como una especie de agolpamiento de sucesos discernibles, conducentes, causales. no acuerdo. lo "poético" (que también cuesta identificar) implica un modo más complejo e incluso más fértil para lo narrado. el master fassbinder se encargó de dejárnoslo clarito con sus jóvenes años hace ya unos cuantos. él y tantos otros.
con lo lento y lo veloz idem. ambas "categorías" están siempre en riesgo de ser infectadas o por la solemnidad o por la verborragia. no dicen mucho. a veces resultan variables aplicadas al cine malo de estudios (al malo, porque también lo hay bueno) con sus análisis de mercado y demás cuestiones (porque hay mercado amplio para ambos, y se produce en ambos sentidos también con ese fin). cuando se está frente a la obra de un artista, inútil. como en casi todo, no? el arte y los artistas, me refiero.
ups, me extendí. al final parece que venía de púgil.

m.a. dijo...

y otra cosa,
la vertiginosidad no se ha hecho mucho más habitual, al contrario. pareciera que el tiempo dilatado ha cobrado estatuto estético, y sobran los ejemplos que lo explotan cual cliché. vacío por completo. un vistazo por los films festivaleros, o nuestro joven cine patrio.
y listo, no peleo más.
sabrá disculpar, mr rezzano, pero usted sabe como me gusta la polémica.

m.a. dijo...

y sí, Angelopoulos maestro de maestros.

Eduardo Rezzano dijo...

Sí, hacia esas dicotomías querían llevar el coloquio, incluso el público con sus preguntas, pero Angelopoulos se desmarcaba con amabilidad y lograba desdibujar tales oposiciones planteadas con trazo grueso. No sé si me expliqué bien en lo que quería contar.

Saludos

m.a. dijo...

ahhh
ahora sí.
ahora entiendo.
uff, yo que andaba con ganas pendencieras.
será otra vez, entonces.
saludos por allá!

Anónimo dijo...

Hola eduardo,
Soy Alvaro de Burgos, estuvimos en madrid hace unas semanas viendo la obra hora infinita. Siento comunicarme atraves de los comentarios de tu blog pero perdi tu direccion de mail. pasamela, para estar en contacto. De momento te doy la direccion que te comente del festival poetico de madrid y la libreria donde tienes que conectarte. http://conpoesia.wordpress.com/2008/09/24/2008-poetas-por-km2/
Seguimos en contacto por mail.
Un abrazo y espero que todo vaya bien por alla.
Alvaro
pd:Y por cierto ando pensando en organizar por Burgos un ciclo dedicado a Angelopoulos

Eduardo Rezzano dijo...

Muchas gracias, Alvaro. Podés escribirme a ejrezzano@gmail.com (te estoy contestando aquí porque tampoco tengo tu dirección). Un abrazo.